San Luis de los Franceses, una joya del barroco
Sevilla en el ultimo año del siglo XVIII era una ciudad en decadencia. No obstante aun se levantaban bellas iglesias en el centro histórico. El mas reputado arquitecto de la ciudad se llamaba Leonardo de Figueroa, fue el autor del Hospital de la Caridad, el Hospital de Venerables Sacerdotes, el Palacio de San Telmo, el Palacio Arzobispal y de la preciosa iglesia que os describimos hoy: San Luis de los Franceses, situada en la calle del mismo nombre.
En la estrecha calle que comunica el Arco de la Macarena con la Plaza de San Marcos se halla esta joya del barroco sevillano. Sin embargo algo la hace diferente, está inspirada en los modelos romanos que tanto gustaban a la orden jesuita.
Fue la iglesia del antiguo noviciado de la compañía de Jesús.
¿Quién era la Compañía de Jesús?
La compañía de Jesús o Jesuitas es una orden religiosa fundada por el noble vasco Iñigo de Loyola en 1556. Siempre se declararon muy cercanos al papa. Su organización era de tipo militar (por eso el nombre de compañía). Se convirtieron en educadores de la aristocracia y destacaron por sus misiones en América del Sur (especialmente Paraguay) y Asia Oriental (India,Japón…). eran una orden muy poderosa que necesitaba una iglesia de esta categoría en una ciudad tan emblemática como Sevilla.
Los mecenas de San Luis
Una iglesia lujosa necesitaba un mecenas o sponsor que la pagara. Aunque las ordenes religiosas no eran pobres, recurrían para la construcción y decoración de sus templos a particulares que con sus donaciones financiaban las obras.
San Luis tuvo detrás a una rica sevillana de la familia Enríquez de Ribera y a un poderoso arzobispo, Don Luis Salcedo.
No era habitual el nombre de un santo francés en una iglesia sevillana. No hay que olvidar sin embargo la reciente llegada de los Borbones (dinastía real de origen francés) con Felipe V. además la canonización reciente de San Fernando, patrón de la ciudad y primo de San Luis de Francia. Y por ultimo el propio nombre del arzobispo. Ello explica que las flores de lis se vean por toda la iglesia y que una amplia corona presida el altar mayor.
Arquitectura
San Luis tiene algo que la hace diferente de otras iglesias barrocas sevillanas, está inspirada en los modelos romanos como Santa Inés en Roma que tanto gustaban a la orden jesuita.
Su planta es circular y no rectangular o de cruz latina como era habitual. En una iglesia relativamente pequeña pero que destaca por su gran altura interior coronada por una espectacular cúpula. Además las conocidas columnas salomónicas (helicoidales) que según la tradición sustentaban el templo de Salomón, las arquitecturas fingidas (columnas, ventanas y pilastras pintadas para parecer reales) y el horror vacui (hiper-decoración sin dejar un solo espacio vacío).
San Ignacio de Loyola y San Francisco de Borja.
Son los santos mas conocidos de la orden y cada uno tiene su propio retablo. Imaginemos que somos un novicio de la compañía y que venimos a la iglesia a rezar. Aquí tenemos buenos ejemplos de santos de la orden.
San Ignacio Es el fundador de la orden jesuítica y por supuesto los novicios tomarían ejemplos de su vida de santidad. Iñigo de Loyola era un noble vasco que vivió en la 1ª mitad del 16 y que estaba al servicio del rey de Navarra. En 1521 sufre una herida en el sitio de Pamplona y durante su convalecencia se convierte en “caballero al servicio de Jesús.
En 1522 se retira a Manresa, dice la tradición que a una cueva, posiblemente inspirado en san Jerónimo, un santo medieval que también ser retira al desierto a meditar o el mismo Jesucristo. Allí escribe los “ejercicios espirituales”, base de la orden jesuítica. Es el famoso momento que representa la escultura del retablo. En 1534 funda la Compañía de Jesús y se pone incondicionalmente bajo las órdenes del Papa. La orden es aprobada unos años después en 1540 por el papa Paulo III.
San Francisco de Borja
Todo novicio sabía que San Francisco de Borja era un caballero que vivió en el siglo 16 y que en una ocasión acompaño el cortejo de la princesa Isabel de Portugal que se dirigía precisamente a Sevilla a casarse con el emperador Carlos V. Eso era en 1525. al parecer la belleza de la princesa enamoro al noble, a Francisco de Borja… que sin embargo no tenía ninguna posibilidad con ella. Al cabo de los años, la princesa murió, antes que Francisco de Borja y este al ver su cadáver pronuncio: “nunca más servir a señor que se pueda corromper”, con lo cual dedico el resto de su vida a servir a Dios y para ello ingreso en la orden jesuita. Siempre se le representa con una calavera coronada en la mano, que simboliza la de Isabel de Portugal, y en actitud filosófica, meditando acerca de la muerte.
Además los retablos de San Francisco Javier, santo evangelizador, representado en una playa de la India cuando encontró el crucifijo perdido; San Estanislao de Kostka recientemente canonizado cuando se construyó la iglesia o San Luis Gonzaga. Reliquias, espejitos, dorados, pinturas que asemejan esculturas .. todo crea una sensación de irrealidad como de estar en el cielo o a su entrada. Ese era el efecto buscado. Hoy, tras una restauración intensiva de arquitectura, escultura y pintura, la podemos ver en todo su esplendor.
Además de la iglesia se visita la Capilla Domestica y la cripta, asi como un bonito patio decorado con ánforas que se recuperaron en la restauración y que servían para la construcción y aislamiento de muros y cúpulas.
San Luis pertenece a la Diputación de Sevilla y abre todos los días de martes a domingo, de 10.00 a 14.00 y de 16.00 a 18.00.