Washington Irving: ¿El primer turista en Sevilla?

WASHINGTON IRVING: ¿EL PRIMER TURISTA EN SEVILLA?

Quizás no fue el primero pero sí de los primeros.

En la primavera de 1828, hace ya 190 años llego al puerto de Sevilla Washington Irving. Vino a bordo del Betis, el primer barco de vapor de España que remontaba el Guadalquivir procedente de Cádiz. Irving había nacido en Nueva York en 1783 y ya era un conocido escritor romántico y periodista además fue un incansable viajero y embajador por toda Europa.

OBRA DE IRVING

Entre sus obras más famosas conocidas mundialmente estaban: La leyenda de Sleepy Hollow, más conocido como La leyenda del jinete sin cabeza (adaptada al cine por Tim Burton en 1999) y Rip Van Winkle, que cuenta la historia de alguien que duerme durante decenas de años Escribió además: The Life and Voyages of Christopher Columbus (Historia de la vida y viajes de Cristóbal Colón, 1828), Chronicles of the Conquest of Granada (1829), Voyages and Discoveries of the Companions of Columbus (1831) y sus celebérrimos y harto traducidos Cuentos de la Alhambra(Tales of the Alhambra) (1832), donde refunde para el público inglés las más conocidas leyendas hispanoarábigas sobre el Castillo Rojo. Se le deben además unas Legends of the Conquest of Spain, (1835).

Fue el primer norteamericano en alcanzar la celebridad como escritor profesional, gracias a la literatura, y por ello numerosas calles y ciudades de los Estados Unidos llevan su nombre.

Influyo a conocidos autores como Nathaniel Hawthorne y Edgar Allan Poe.

Irving popularizó además el sobrenombre «Gotham» para referirse a Nueva York, usado en los comics de Batman; también se le conoce como el inventor de la expresión «el todopoderoso dólar». Murió en Nueva York en 1859 y esta enterrado en el cementerio de Sleepy Hollow.

IRVING EN ESPAÑA

WASHINGTON IRVING: ¿EL PRIMER TURISTA EN SEVILLA?

Vino primero a Madrid llamado por el embajador de su país para estudiar en El Escorial los documentos relativos al descubrimiento del Nuevo Mundo (1826–1829). Este encargo supuso el
comienzo de su carrera diplomática.

Es poco después cuando Washington Irving aparece en Sevilla. Era la de 1828 una primavera luminosa y Washington Irving se hospedó en una pintoresca casona del callejón del Agua, actualmente la numero 2, frente a la muralla Alcázar, en la vieja judería sevillana.

En Sevilla paso todo un año, como turista y como estudioso de la Historia de España y de la ciudad. Escribió un diario que ha sido editado por la Hispanic Society de Nueva York: Diary of
Washington lrving of the Sunnyside Spain, un sugerente nombre que nos evoca el sol de Andalucía.

Las mañanas las pasaba en los salones de estudio del Archivo de Indias, entre legajos y voluminosos documentos cartográficos. Algunos días visitaba los archivos de la catedral y otros los palacios levantados con el oro y la plata traídos del Nuevo Mundo. Su minucioso trabajo acabó con la publicación, tiempo después, del libro Vida y viajes de Cristóbal Colón. Pero sobre todo descubrió durante su estancia en Sevilla el alma soñadora del patrimonio andalusí, levantado siglos antes de que los cristianos entraran por las puertas de la capital.

Eran edificios hechizados, envueltos en la brumosa leyenda de los tiempos perdidos. Como buen turista Irving procura ver todo lo típico de la vida sevillana: el cuerpo de San Femando
en la festividad del santo y en esa noche la iluminación de la ciudad y de la Giralda; el baile de los Seises el día del Corpus, la procesión, el aspecto de la ciudad la noche antes.

Esto es lo que escribe en su diario sobre la Catedral que tanto le impresionaba: “Si alguna vez viene Vd. a Sevilla no deje de visitar su gloriosa catedral … visítela al atardecer, cuando los últimos rayos de sol, más bien los últimos resplandores del día, brillan a través de sus vidrieras polícromas. Visítela en la noche, cuando sus capillas están escasamente iluminadas, sus inmensas naves apenas alumbradas por las hileras de lámparas de plata, y cuando se prepara la misa en el altar mayor, entre destellos de oro y nubes de incienso … Yo no creo haber sentido nunca un placer igual en ningún otro monumento de esta clase … Está próxima a la casa donde me alojé en Sevilla y constituía mi recurso diario. En verdad, la visitaba más de una vez en el curso del día. Un lento vagar por esa catedral, especialmente hacia el atardecer, cuando las sombras so11 más profundas y la luz de las vidrieras policromadas más confusa y vaga, producía en mí la impresión de un paseo por uno de nuestros grandes bosques americanos … “ Pero Irving quiso conocer la ultima ciudad islámica de la Peninsula Iberica y sus estudios lo llevaron a Granada, a pocos días de distacia desde la capital hispalense. Un año después de su llegada, Irving emprendió el viaje a la ciudad de la Alhambra.

En los jardines de la Alhambra tiene dedicada una escultura.

LOS VIAJEROS Y ANDALUCÍA

WASHINGTON IRVING: ¿EL PRIMER TURISTA EN SEVILLA?

El consejo de Europa creo hace unos las Rutas del Legado Andalusi, para potenciar el turismo y dar a conocer la tierra andaluza poniendo el foco en su pasado árabe y en la herencia de aquel tiempo. Entre estas existe una “ruta Washington Irving” que lleva a lo largo de 250 km de Sevilla a Granada pasando por Antequera.

Esta ruta recorre los pasos que en 1829 siguió el escritor romántico y diplomático norteamericano, fascinado por la riqueza y el exotismo de la civilización hispano-musulmana. Una arteria de comunicaciones establecida muchos siglos antes, que, en la Baja Edad Media, sirvió de vía comercial entre el sur peninsular cristiano y el reino nazarí de Granada. Ruta que, como otras, tuvo un marcado carácter fronterizo.

Esta ruta pone en escena una segunda historia, la del «descubrimiento» romántico, y turístico, de Andalucía. A tono con la nueva sensibilidad del romanticismo, y después de la puesta en escena de la Península ibérica con Guerra de Independencia, España, y Andalucía en particular, empezaron a recibir una creciente atención como destino de viajes. A las visitas de Chateaubriand y Lord Byron, que hablaron de Andalucia en sus obras, siguieron los viajes y estancias del propio Washington Irving, de Richard Ford, Borrow, Delacroix, David Roberts, Gautier, Dumas y sobre todo francés Prosper Merimée creador de la mítica historia de Carmen, la Cigarrera.

Estos viajeros, franceses, británicos o estadounidenses crearon una imagen misteriosa, romántica y folklórica de Andalucia. Llena de personajes apasionados, crueles y enamorados, quizás no se correspondía al 100% con la imagen real, en un panorama de leyendas, toreros y bandoleros, de majas, contrabandistas pero sirvió sin duda para dar a conocer a nuestra región fuera de nuestras fronteras y a popularizar su paisaje, historia y cultura.

A aquellos primeros “turistas” y “viajeros” está dedicado este post.